El cambio a la educación en línea puede afectar a los niños de forma diferente. Los padres tienen razón al preguntarse por las repercusiones en el desarrollo social y emocional de sus hijos.
Los niños aprenden mucho más que lectura y matemáticas cuando van a la escuela en persona; también aprenden habilidades sociales y emocionales fundamentales que llevarán a la edad adulta.
La educación en línea no ofrece los mismos beneficios sociales que los niños reciben cuando interactúan con sus compañeros o profesores. Muchos padres están viendo los impactos negativos de las interrupciones escolares y el cambio a la educación a distancia.
Los niños pueden experimentar los siguientes estados emocionales
Desenganchados: Las familias se están dando cuenta de que muchos estudiantes se saltan las clases o juegan en lugar de hacer el trabajo de clase. Para muchos estudiantes, la interacción con los compañeros era la mejor parte de la escuela.
Sin esa conexión social, estos estudiantes pueden tener dificultades para seguir participando. Los alumnos también pueden tener dificultades para leer y comunicar las señales emocionales a través de las plataformas de vídeo en línea.
Aislamiento: A las familias les preocupa que los alumnos estén socialmente aislados durante el aprendizaje en línea. Aunque muchos padres se han esforzado por reducir la cantidad de tiempo que sus hijos pasan frente a una pantalla, es posible que ahora esos niños pasen varias horas al día en un ordenador y la falta de interacción individual puede dificultar especialmente a los estudiantes más jóvenes el desarrollo de sus habilidades sociales.
Desmotivación: Las relaciones con los compañeros pueden fomentar el sentido de la motivación. Cuando los estudiantes trabajan en proyectos o presentaciones de grupo, o incluso simplemente interactúan en las discusiones de clase, puede ser motivador. Cuando se les obliga a trabajar aislados, dejan de tener esa motivación.
Otros estudiantes pueden agradecer la falta de presión social que conlleva el aprendizaje en línea. El aspecto social del aula puede ser una distracción para algunos estudiantes y provocar ansiedad para otros. Muchos niños han florecido durante el aprendizaje en línea porque no sienten la presión social que conlleva estar en el campus.
En particular, los niños que pueden ser víctimas de acoso en la escuela han encontrado en el aprendizaje en línea un bienvenido respiro. Otros estudiantes pueden sentirse aliviados al no tener la presión de tener una buena apariencia o de cumplir ciertas expectativas sociales.
Los estudiantes tímidos o ansiosos pueden encontrar más fácil pedir ayuda al profesor. La falta de actividades sociales, como clubes o equipos deportivos, también puede permitir a los estudiantes centrarse más intensamente en sus tareas escolares y mejorar sus hábitos de estudio.
Preocupaciones emocionales
Una gran pregunta que los padres pueden hacerse es cuál es el impacto emocional de la educación en línea en sus hijos. La incertidumbre y la interrupción de la pandemia, junto con el consiguiente cambio al aprendizaje en línea, pueden tener un efecto emocional en los niños.
Además, según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud, 3,7 millones de niños de 12 a 17 años reciben servicios de salud mental en la escuela, lo que significa que durante el tiempo en que muchos niños pueden necesitar más ayuda, no están en la escuela para recibirla. Las preocupaciones emocionales más acuciantes son
La depresión
El aislamiento social que un niño puede sentir durante la educación en línea puede conducir a la depresión. Además, los niños que obtienen mucha confianza en la escuela pueden tener dificultades sin la retroalimentación individual que suelen recibir de los profesores.
Preocupación por la pandemia
Los niños pueden estar preocupados por si ellos mismos o sus familiares contraen el COVID-19. Es posible que tengan seres queridos enfermos con el virus o que hayan perdido a un familiar.
Preocupaciones económicas. Algunos padres han perdido su trabajo o sus ingresos a causa del COVID-19, una pérdida que estresa a todos los miembros de la familia, incluidos los niños.
Si a todas estas preocupaciones se añade la alteración de la rutina que ha supuesto el cambio al aprendizaje en línea, puede ser mucho para un niño. Los padres quieren apoyar a sus hijos emocionalmente, pero pueden no saber cuál es la mejor manera de hacerlo.