Con la meditación nos libramos de los problemas para conciliar y mantener el sueño, cosa de la que padecemos en algún momento de nuestras vidas.
Tu cabeza golpea la almohada y tus pensamientos empiezan a descontrolarse, el estrés de tu ajetreada vida moderna invade tu sueño a medida que pasan los minutos y estás pensando en eso que ha pasado hoy en el trabajo.
Muchos factores que perjudican nuestra capacidad de dormir
Y cuanto más tiempo pasa más estresante se vuelve porque tienes un millón de cosas que hacer, las horas pasan y ahora estás preocupado por no descansar lo suficiente para poder despertarte con energía.
Ya conoces esa sensación. De hecho, se calcula que entre el 10% y el 60% de los adultos padecen insomnio crónico.
Aunque hay muchos factores que perjudican nuestra capacidad de dormir, el estrés es uno de los principales culpables del insomnio y nos impide obtener la calidad de sueño que necesitamos para reparar y rejuvenecer nuestra vida cotidiana.
La práctica del mindfulness ayuda a crear un hábito positivo para estar más tranquilo, sereno y calmado. Y no sólo en nuestra cabeza. Durante la meditación también se producen cambios fisiológicos.
¿Ayuda la meditación a conciliar el sueño?
Aunque no equivale a accionar un interruptor para dormir mejor, la práctica de la meditación a lo largo del tiempo puede ser una herramienta poderosa en el camino hacia el bienestar y la salud del sueño. Cada vez hay más investigaciones dirigidas a estudiar cómo se pueden utilizar los principios de la atención plena para tratar el insomnio.
Estos son algunos de los beneficios de incorporar la meditación de atención plena a tu rutina para dormir:
La meditación reduce el estrés y la ansiedad
Especialmente en esta época enormemente estresante del mundo, debemos prestar especial atención a nuestros niveles de estrés y ansiedad. La meditación nos ayuda a soltar el estrés calmando la mente y promoviendo una sensación de paz interior.
Evoca la respuesta de relajación en el cuerpo
Mediante técnicas que se centran en la respiración y en llevar la atención de la mente al momento presente, la meditación evoca la respuesta de relajación que favorece el sueño.
Los estudios demuestran que induce respuestas fisiológicas como la disminución del ritmo cardíaco, el control de la respiración y el aumento de los niveles de melatonina.
Equilibra el sistema nervioso
El sistema nervioso autónomo se compone de dos partes: una nos mantiene alerta y la otra nos ayuda a dormir. El sistema nervioso simpático es como un acelerador que regula funciones como la excitación y la inflamación.
El sistema parasimpático es el freno que controla la respuesta antiinflamatoria y de relajación. Necesitamos ambos, pero a menudo están desequilibrados debido al estrés crónico. Se ha demostrado que la meditación ayuda a superar el desequilibrio del dominio del sistema nervioso simpático.
Puede ayudar con la depresión y otras dolencias
Un estudio fundamental realizado en 2015 descubrió que las prácticas de conciencia plena (o meditación) producen mejoras en la calidad del sueño y, posiblemente, sirven para remediar problemas de sueño como el insomnio, la depresión, la fatiga y la gravedad del cansancio.
En este estudio tan citado, un grupo de control realizó entre 10 y 30 minutos de meditación consciente al día, mientras que el otro participó en una clase de educación sobre el sueño durante el mismo periodo de tiempo. El grupo de meditación experimentó menos síntomas de insomnio y menos fatiga diurna.
A diferencia de los tratamientos farmacológicos para el insomnio y los trastornos del sueño, que suelen ser de corta duración y pueden acarrear posibles efectos secundarios, la meditación es completamente segura, gratuita y accesible para todos. Nos atrevemos a decir que incluso es divertida.
Meditación guiada para dormir mejor
La práctica diaria de la meditación está reconocida en todo el mundo como un camino hacia un mejor autoconocimiento y bienestar. La práctica de la meditación nos ayuda a tener claridad mental, a desarrollar nuestra capacidad de compasión y empatía, a crear conexiones significativas con los demás, a centrarnos en la gratitud en nuestras vidas, a explorar y a trabajar con nuestros miedos, y a desarrollar la importantísima conexión mente-cuerpo. Cuando se incorpora a la rutina de la hora de acostarse, puede ser una preparación de la mente y el cuerpo para un mejor sueño nocturno.