¿Sabes qué es el bruxismo ? No es más que el acto de apretar y rechinar los dientes. Los datos de la Organización Mundial de la Salud indican que el bruxismo afecta a mas de la mitad de la población en todo el mundo es decir.
Para entender más sobre esta condición que afecta desde niños hasta adultos, así como las causas, signos y posibles complicaciones derivadas de este problema, sigue leyendo el artículo.
¿Qué es el bruxismo?
En un principio, el bruxismo se puede definir como una disfunción que tiene como efecto rechinar o apretar los dientes en diferentes niveles de intensidad. En casos graves, se traduce en problemas en las llamadas articulaciones mandibulares.
Entre las conductas para funcionales —hábitos involuntarios que resultan en problemas de salud, como morderse las uñas (onicofagia) y chuparse el dedo—, el bruxismo se caracteriza por ser el más dañino entre los relacionados con el sistema estomatognático.
Como curiosidad, el nombre de la enfermedad proviene de la palabra briquismo. Originario del griego, significa “rechinar los dientes”. Con el tiempo, el término se popularizó y se convirtió en bruxismo.
Tipos de bruxismo
Muchas personas desconocen este hecho, sin embargo, el bruxismo se puede clasificar en dos tipos: bruxismo nocturno; pero también la vigilia, el llamado bruxismo diurno.
El bruxismo de vigilia ocurre cuando está despierto y la característica más común es apretar los dientes; mientras que el bruxismo nocturno ocurre durante el sueño y puede causar no solo apretar los dientes, sino también rechinar los dientes.
Se pueden diferenciar y diagnosticar de la propia persona o de alguien que se acuesta con ella, por ejemplo.
¿Qué causa el bruxismo?
Todavía no existe un consenso científico y absoluto sobre las posibles causas del bruxismo. Sin embargo, hay algunos problemas que se asocian comúnmente con el trastorno.
Lo que poca gente sabe es que la enfermedad tiene una fuerte conexión con lo emocional. El estrés, la ansiedad, el entorno en el que vive el individuo, además de las pocas horas de sueño, el estado de salud e incluso el sedentarismo son desencadenantes importantes, sin embargo, también hay que tener en cuenta los factores genéticos.
Además, algunos medicamentos antidepresivos pueden tener bruxismo como efecto secundario, así que siempre lea el prospecto.
Señales
A primera vista, el bruxismo puede parecer una enfermedad fácilmente identificable. Sin embargo, esto no es cierto, ya que muchos pacientes no pueden definir el problema de antemano, ya que relacionan los efectos, como el dolor de mandíbula y de cabeza, con otras situaciones.
Como en la mayoría de los casos el bruxismo se manifiesta únicamente durante el sueño, al ser un hábito inconsciente, se puede identificar fácilmente gracias a la persona con la que te acuestas.
Y puede ser aún peor: algunas personas solo se enteran cuando se someten a un examen dental de rutina y, entonces, el desgaste o las grietas en el esmalte de los dientes son observados por el profesional del área.
Por eso es tan importante incluir la visita al dentista en los exámenes de rutina. De esta forma, es posible asegurar la salud de la boca y detectar posibles signos de bruxismo.
Algunos de ellos son:
- Desgaste, fracturas o reblandecimiento de los dientes;
- Aumento de la sensibilidad en los dientes;
- Dolores de cabeza constantes y severos;
- Dolor en la mandíbula
- Dolor en la cara;
- Tinnitus y dolor de oído;
- Dolor de cuello;
- Cambios de sueño.
- En primer lugar, es importante recalcar que el bruxismo se puede controlar.
Pero si una persona padece el problema y no tiene un diagnóstico ágil, se presentan algunas complicaciones, sobre todo para la salud bucal , impactando en la calidad de vida y, por supuesto, en la autoestima.
Desgaste o rotura del esmalte dental
Con la fuerza ejercida en el roce de los dientes, el esmalte dental irá poco a poco diciéndose adiós, desgastándose. Con esto, los dientes se vuelven torcidos, más pequeños y asimétricos. El riesgo de exponer la dentina, la parte más sensible de los dientes, es cada vez más fuerte.
La situación puede empeorar cuando el esmalte no solo se desgasta, sino que se rompe, lo que resulta en dientes afilados o rotos, un peligro, ya que pueden lesionar la boca.